Terrorizer: El orígen del caos

 

 

 

Por: JOSÉ JAVIER REYES
BARRACA 26

En un género como el rock, en el cual la estridencia, la distorsión de las guitarras eléctricas, los gritos y las voces guturales son de uso generalizado, encontrar a un grupo que de forma voluntaria decidiera desarrollar un subgénero que se proclamara como no-música, parecía una redundancia. Más aún en el lejano 1989, cuando un cuarteto de hispanos decide demoler las bases de la música creando un híbrido de trash metal y death: el grindcore. Aunque tal vez sea el subgénero con menos fans, representan, como su nombre lo indica, el alma agresiva y brutal que sostiene al rock metálico.

Como los grandes puntos de quiebre de la música, éste fue casual y casi ignorado en su momento. El grupo en cuestión se llamaba Terrorizer y tenían un par de años creando un sonido en el cual se contaminaron de dos bandas hermanas y con las cuales intercambiaban integrantes: Nausea y Morbid Angel. El líder indiscutible de esta agrupación fue el guitarrista sonorense, nacionalizado norteamericano, Jesús (Jesse) Pintado, quien más tarde formaría parte de Napalm Death; el baterista salvadoreño Pete Sandoval, quien también integró a Morbid Angel; Óscar García en la voz, quien alternaba su trabajo en Nausea; y Alfred (Garvey) Estrada en el bajo, quien también tocara con Nausea.

De hecho, habían grabado unos demos en 1987 con Nausea, que parecía un proyecto paralelo para Terrorizer. Éstos se dieron a conocer en un disco de 1988, que fue el antecedente para la grabación que se convertiría en una grieta que separaría el rock, aún el más pesado, de la no-música: World Downfall, de 1989, que sería reconocido como el primer disco de grindcore.

El LP se graba en los últimos días de la existencia de la banda, pero Garvey Estrada no puede participar por problemas legales. Lo realiza en el bajo David Vincent, de Morbid Angel y como tampoco reunían el mínimo de material para que en rigor se llamara LP, completan con canciones de Nausea.

La leyenda dice que Word Downfall fue mezclado en ocho horas. Tal vez sea cierto, pero también lo es que detrás de esas 16 breves composiciones grabadas azarosamente se encuentra la concreción de un largo trayecto que parte de Slayer y Death, por nombrar a las bandas más representativas.

La receta parecía simple, pero exigía valor para ir tan lejos como fuera posible: ritmo demoledor a velocidad escalofriante; batería en redoble permanente; guitarras (des)afi nadas en tonos que desafi aran al oído más resistente; voces guturales que emitían palabras que sólo expresaban violencia y más violencia, en estructuras literarias que más bien eran frases sueltas, como gritos de agonía. Aunque la banda no perduraría, más tarde cada uno de ellos se había de unir a proyectos más estables y cuyo legado aún perdura.

Años después, en 2006, Jesse Pintado reuniría a un nuevo grupo llamado Terrorizer en que solo él y Pete Sandoval quedarían de los miembros originales, para grabar Darker Days Ahead. Jesse muere de un coma diabético en 2006 y nuevamente el proyecto entra en stand by. Finalmente, en 2012 Pete y David Vincent insisten en darle vida a Terrorizer y graban Horde of Zombies. Grupos como Carcass, Brujería y Asesino reiteraron las características del grind y alimentaron con música a un público pequeño pero fi el hasta la muerte. En la actualidad, bandas como la australiana Extortion nos demuestran que la no-música del grindcore está viva y pateando.

 

 

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